Pancho ha hecho aflorar las emociones en la Residencia Cai-Ozanam Oliver. Es un perro cariñoso y tranquilo con el que se trabaja de maravilla a nivel cognitivo y de psicomotricidad. Él ayuda a mejorar la calidad de vida de los usuarios del centro a través de las terapias asistidas dirigidas por profesionales expertos.
Las personas mayores y Pancho se han hecho verdaderos amigos. Ahora, que se ha tenido que despedir de ellos, le van a echar mucho de menos. Sin duda, el perro es el mejor amigo del hombre. Desde la Fundación Federico Ozanam queremos agradecer a María Ibáñez Lechón, antigua alumna de prácticas de terapia ocupacional en la residencia, por querer realizar esta iniciativa como su Trabajo Fin de Grado.