El colegio La Salle Montemolín dedicó su XXXVII «Semana de la Paz» a la Fundación Federico Ozanam y con motivo de ello ambas entidades llevaron a cabo una serie de actividades con el propósito de dar a conocer la labor de la Fundación tanto a los niños y niñas del colegio como a sus familias. De manera ya tradicional, este centro escolar del barrio de San José dedica la última semana de enero a que su alumnado y su profesorado ensalcen juntos el valor de la paz o la solidaridad, además de reconocer a una entidad que comparta sus mismos valores solidarios. En un acto entrañable y multitudinario, los más de 900 alumnos y alumnas del colegio hicieron entrega a Agustín Colás, vicepresidente de la Fundación Federico Ozanam, del XXXVII «Premio de la Paz» poniendo el broche de oro a una semana repleta de actividades.
Burgo Gil, directora del colegio La Salle Montemolín, quiso destacar el compromiso de todos los miembros de la comunidad educativa. Además reconoció y celebró “la valiosa labor de aquellos que, como la Fundación Federico Ozanam, dedican sus vidas a construir un mundo más justo y pacífico y mejorar la calidad de vida de aquellas personas que más lo necesitan”.
Agustín Colás, vicepresidente de la Fundación Federico Ozanam, agradeció “el cariño” demostrado por el colegio y quiso hacer protagonista al alumnado de su discurso y del premio recibido. Colás quiso recalcar el papel de los abuelos y las abuelas, invitando a los jóvenes a que sigan demostrando a sus mayores el amor que les profesan: “no hay nada más bonito que ver sonreír a una persona mayor tras recibir una caricia de sus nietos y nietas”.
Nuestros mayores participan en las charlas al alumnado
Durante el acto celebrado en el pabellón del colegio, el alumnado demostró lo que habían aprendido durante esta semana acerca de la Fundación y los valores que comparten ambas entidades. Unos conocimientos que, en el caso de los grupos de Secundaria, adquirieron gracias a la participación de usuarios y usuarias de la Residencia y Centro de Día CAI-Ozanam Oliver. Carmen Sierra Pérez, Pascual Sánchez Punter y Carmen Revilla Temiño explicaron al alumnado su experiencia en nuestros centros residenciales y recalcaron la importancia y la ayuda que para ellos significa la figura del voluntariado. «Muchas veces nos iría bien un brazo joven al que agarrarnos para pasear», comentó Carmen Sierra, además de añadir otras actividades en las que voluntarios y voluntarias pueden desempeñar su labor como, por ejemplo, realización de manualidades, acompañamiento en juegos de mesa, actividades en los huertos o formación digital.
Para María Sancho, subdirectora del centro residencial, «poder participar en estas actividades ayuda a las personas mayores a sentirse útiles y activos, pudiendo compartir sus experiencias y saberes con los más jóvenes».
Gran éxito en el «Mini Rastrillo Aragón» solidario
En su discurso de agradecimiento, Agustín Colás quiso recalcar «la magnífica labor de todo el alumnado y de los docentes para poner en marcha el «Mini Rastrillo Aragón» que se celebró el jueves 1 de febrero. En un total de trece stands, uno por cada nivel académico, alumnos y alumnas de La Salle realizaron distintas manualidades y objetos decorativos con materiales reciclados que pusieron a la venta a todo el público que tuvo la oportunidad de acercarse. Los propios niños y niñas se enfundaron los delantales del Rastrillo Aragón y atendieron a las personas que se acercaron a los distintos puestos. Inaugurado por Fernando Galdámez, presidente de la Fundación Federico Ozanam, esta iniciativa solidaria impulsada por niños y niñas de La Salle Montemolín consiguió recaudar 1.040 euros, los cuales se destinarán a proyectos sociales de la Fundación dedicados a los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad.
